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miércoles, 29 de agosto de 2012

MÁS SOBRE LA EDUCACIÓN DIFERENCIADA


Por Antonio Argandoña, Catedrático Economía Universidad de Barcelona, IESE


Llego tarde al debate sobre la reciente sentencia del Tribunal Supremo sobre la denegación de conciertos (económicos, no musicales) a un par de escuelas de educación diferenciada. Ya se ha dicho lo más importante sobre el tema, pero me gustaría prestar atención a otro aspecto de la discusión: la actitud de algunos medios de comunicación, partidos políticos y ciudadanos a propósito de la educación diferenciada (lo que en los países anglosajones se llama la single sex education).

Ya he explicado otras veces que nuestra sociedad se ha vuelto muy individualista, utilitarista y emotivista. Y me parece que la oposición que algunos muestran a la educación diferenciada es una prueba de lo que esto comporta. Ante un hecho (algunos colegios aceptan solo niños en sus aulas, y otros solo niñas), surge una reacción emocional: “esto no me parece bien; estamos en el siglo XXI; ya se acabó el tiempo de la discriminación por sexo”.

¿Es esto fruto de un razonamiento? Probablemente, no. Que yo sepa, no hay argumentos científicos serios sobre las consecuencias negativas que la educación diferenciada pueda tener sobre la educación de los niños o de las niñas; más bien parece que los resultados escolares son, a menudo, mejores en esos centros. Entonces, la oposición debe tener que ver con las consecuencias sociales: los niños que estudian en colegios solo para niños deben ser más ariscos, insociables, incapaces de una convivencia normal con las niñas,… y deben dar lugar a más sucesos de violencia doméstica, ¿no?. Pues no: la evidencia niega esta conclusión, aunque solo sea por la experiencia de tantos jóvenes y adultos formados en esos centros, que conviven normalmente con los de otro sexo,  o por el hecho de que la violencia machista, tan denostada en los últimos tiempos, coexiste con el casi absoluto predominio de las personas formadas en centros de educación mixta.

Si esto es así, la reacción es eso, emotiva, no racional. Y esto es también una característica de nuestra sociedad: a menudo, nuestras reacciones ante situaciones morales no responden a argumentos racionales, sino a sentimientos, al “me parece”. Esto no es bueno en la vida privada de cada uno, pero puede plantear problemas importantes en la vida social. El “me parece que los chicos y las chicas deberían estudiar todos en colegios mixtos” se convierte entonces en una regla de obligado cumplimiento: “el Estado debería tomar medidas para evitar que esto ocurra”, porque “no es bueno” (en el sentido de que “a mí me parece que esto no es bueno”).

Por eso es tan difícil combatir esas ideas: porque no responden a criterios objetivos, sino a impresiones. Impresiones que podrían ser muy legítimas, si no estuviesen influidas por actitudes ideológicas y argumentos políticos, como los que han ido aflorando en el debate sobre los conciertos mencionados.
Moralejas. Una: por favor, no prohibamos más que aquello que sea claramente, objetivamente, demostrablemente perjudicial para la sociedad. Otra: acostumbrémonos a revisar, con criterios objetivos, los argumentos que aparece en las discusiones públicas. Podría citar muchos casos, como los linchamientos morales a inocentes. O a posibles culpables, perseguidos por la opinión pública, los vecinos o los partidos políticos, simplemente porque “eso está muy mal”, “aunque no estoy seguro de que él sea el culpable”.

viernes, 24 de agosto de 2012

Educación diferenciada y educación segregadora


Reconozco que no soy especialista en el tema de la educación diferenciada, de manera que mi aproximación personal sólo la puedo realizar desde una perspectiva experiencial, complementada por algunas lecturas en profundidad tanto de los defensores de este modelo como de los detractores. Comenzaré esta exposición a título meramente personal subrayando algunos puntos:
  1. Es interesante el matiz en la propia denominación inicial, ya que los que defienden la educación por diferencia de sexos hablan de educación “diferenciada“, no “segregada” ni “sexista“. Con este punto de partida, la batalla se plantea ya desde las palabras y la semántica. Dependiendo de la denominación se utilice se verá el sesgo y prejuicio de partida. Hasta donde conozco, y hasta donde los que están en contra de este modelo tienen que conceder, la educación diferenciada ni aparta, ni margina, ni excreta, ni expele (tal como define el diccionario la segregación). Tampoco discrimina ni considera a nadie inferior, que es lo propio del sexismo. Únicamente ve cualidades o accidentes que distinguen a unos y a otros, ve variedad, y actúa en consecuencia, de forma justa, siendo los contenidos enseñados idénticos para unos y para otros.
  2. El origen reciente de esta polémica parte de una sentencia del Supremo de agosto de donde, básicamente, dice que con la LOE de 2006 en la mano no se puede financiar a centros concertados de educación “diferenciada”.
  3. El Tribunal Supremo, de manera paralela, ha entrado a valorar la educación diferenciada en los siguientes términos: es modelo educativo tan legítimo como otro cualquiera, rechazando que este modelo suponga discriminación alguna. Pero a la vez sólo puede entrar a dirimir la cuestión planteada en la demanda: la adecuación de la financiación pública de acuerdo con la normativa vigente, la LOE.
  4. La sentencia es aprovechada por parte de los detractores de este tipo de educación para tomar la parte por el todo y atacar el modelo (Vease editorial de El País 23-8-2012 Varapalo al sexismo) adornándolo de prejuicios morales y religiosos, y trufándolo de ideología.
Una vez subrayado todo esto, se puede empezar a decir que no se entra en el fondo del modelo por parte de los detractores, porque ahí es donde falla la argumentación de los mismos: no se ha demostrado que los colegios que atienden a este modelo obtengan peores resultados o que tenga algún tipo de consecuencia social perniciosa. Al contrario. Tampoco se entra en el fondo porque es la libertad de los padres la que hace que en la mayoría de ellos haya cola para acceder, o libertad para salir si no gusta.
Los detractores de este modelo se basan fundamentalmente en afirmaciones axiomáticas de carácter ideológico, equiparando igualdad a ubicación física, no de contenidos, además de supuestos informes de especialistas sobre lo pernicioso de este modelo educativo. Pero, honestamente, también hay notables informes internacionales de renombrados especialistas que indican que este modelo no sólo es apto, sino también recomendable, además de los propios resultados que muestran los centros educativos. Más allá de esto han sido utilizadas por los detractores otro tipo de consideraciones y manifestaciones más centradas en las descalificaciones personales y colectivas, y que han tenido que soportar padres, alumnos y directivos de los centros de educación diferenciada.
Como consecuencia, y llegados a este punto, la pregunta que hago es la siguiente: si la Constitución puede amparar la protección de distintas concepciones de acuerdo con valores y creencias compartidos por comunidades (art. 27), aunque sean minoritarias, y siempre de acuerdo con el marco constitucional. Si no hay problema en financiar del erario público colegios con aspectos diferenciales, como que tengan un ideario católico, judío, árabe, etc. Si los centros de educación “diferenciada” obtienen buenos resultados académicos en los alumnos y no afectan a su socialización. Si los padres son los que están dispuestos no sólo a llevar a sus hijos a estos centros, sino también a contribuir voluntariamente económicamente a su sostenimiento, además de la prestación de concierto. Y si, según el Supremo, no discriminan, insisto, mi pregunta es la siguiente: ¿de dónde surge la polémica? ¿Por qué atacar la pluralidad democrática de modelos educativos sostenibles a cuenta de un sesgo doctrinal y dogmático, de un igualitarismo en la base, que lleva años relegándonos a puestos inferiores a la media según los distintos informes PISA?
Como consecuencia de lo anteriormente afirmado, quizá el problema no es la existencia de estos colegios o de este modelo. Quizá el problema está en la LOE y lo que representa (y sus leyes precedentes), que es la única ley que sirve de base a la sentencia del Supremo. Así, la última pregunta que pongo encima de la mesa es: si la educación diferenciada es un modelo educativo que funciona, ¿por qué tienen tanto miedo los representantes del pueblo a la libertad educativa de los ciudadanos a los que representan y pagan sus sueldos? ¿Por qué no ponerlo al alcance de todos? Con que no llevaran a sus hijos a los mismos seria suficiente…

domingo, 19 de agosto de 2012

Lo bueno y lo malo



Juan Manuel de Prada

La supresión de las categorías morales comienza cuando ley y moral se convierten en departamentos autónomos.

La supresión de las categorías morales nunca es inocua, aunque nuestra época proclame ufana lo contrario. Decía Aristóteles que lo que distinguía al hombre de cualquiera de los animales es la capacidad para discernir el bien y mal; y podríamos completar la definición aristotélica diciendo que, cuando el hombre renuncia a esa capacidad que lo distingue, se convierte en el peor de los animales.

La supresión de las categorías morales comienza cuando ley y moral se convierten en departamentos autónomos. Cuando las cosas que son objetivamente inmorales -esto es, malas en su misma naturaleza- se pueden realizar al amparo de la ley, tarde o temprano la inmoralidad se convierte en ley, primero de forma tácita y condescendiente, luego como uso social admitido, más tarde como conducta que reclama el amparo legal para, por último, reclamar también que la moralidad sea arrinconada, primero de forma tácita o condescendiente, luego como un uso social obsoleto o grotesco, más tarde como conducta indeseable. Es un camino de ida y vuelta inevitable, porque el hombre inmoral, una vez que ha logrado que su conducta sea admitida, anhelará que tal conducta no sea percibida socialmente como algo inmoral; lo que, a la larga, exige proscribir la conducta del hombre moral, que se ha tornado odiosa.

Un ejemplo clamoroso de este proceso degenerativo nos lo ofrece el adulterio. Tradicionalmente, la infidelidad matrimonial fue reconocida como lo que es, un acto moralmente reprobable que la ley condenaba: en las legislaciones más duras, mediante la punición del adúltero; en otras más blandas como conducta que, por infligir un grave daño al cónyuge defraudado, obligaba al adúltero a algún tipo de resarcimiento. En ambos casos, la calificación legal del adulterio era acorde a su naturaleza inmoral; pero llegó un tiempo en que se consideró que un acto moralmente reprobable -esto es, malo en su misma naturaleza- no tenía por qué ser calificado legalmente. Aliviado de la condena legal, el adúltero se aprestó a vivir en un mundo en el que su conducta seguía sin embargo siendo reprobada socialmente... aunque por poco tiempo, pues nada como el silencio legal contribuye tanto a la difuminación de las categorías morales. Esta difuminación propició que cada vez más adúlteros vergonzantes se convirtieran en adúlteros sin complejos, incluso orgullosos de serlo; y que su conducta moralmente reprobable pasase a ser socialmente admitida. Llegados a este punto, el adúltero exigió que su inmoralidad dejase de ser considerada como tal: en esta dinámica degenerativa puede encuadrarse, por ejemplo, la floración en Internet de agencias especializadas en facilitar el contacto entre adúlteros que se publicitan como si tal cosa, con anuncios de tono festivo o risueño, y cosechan pingües beneficios. A fin de cuentas, si hemos renunciado a discernir la naturaleza moral del adulterio, ¿por qué habríamos de reducir a la clandestinidad su práctica?

Pero, como las acciones inmorales, por su misma naturaleza, causan un daño cierto (a quienes las realizan y a quienes las sufren), el hombre inmoral necesita justificaciones. Y siempre hay alguien dispuesto a fabricárselas: el otro día, en un programa televisivo infecto, escuchábamos a una sedicente ´terapeuta familiar´ (otra de las notas distintivas de este proceso de deslizamiento que vengo describiendo es la perversión premeditada y sistemática del lenguaje) decir que el adulterio "puede salvar a una pareja y, además, mejora la autoestima". Aquí ya hemos alcanzado ese punto de abyección en el que las categorías morales se invierten, la torsión definitiva en ese camino de ida y vuelta que antes describíamos: lo malo pasa a llamarse bueno; y lo bueno, automáticamente, pasa a llamarse malo, primero de forma piadosamente desdeñosa (y así, el hombre fiel es visto como un pringado, oprimido por compromisos caducos e ideas retardatarias), luego de forma rampante y satisfecha (el hombre fiel se tropieza con todo tipo de escollos para preservar su fidelidad y tentaciones ubicuas para incurrir en el adulterio, lo que ya está sucediendo en nuestros días), más tarde con todas las bendiciones legales necesarias. Tales bendiciones ya imperan tímidamente en nuestra época, que -siquiera por omisión- premia al adúltero que ha destruido un matrimonio, sin imponerle ningún tipo de castigo; pero llegará pronto el día en que lo beneficie sin ambages, por considerar que ha contribuido a la disolución de instituciones tan perniciosas. Y es que la supresión de las categorías morales siempre es inicua, aunque nuestra época proclame ufana lo contrario.

www.juanmanueldeprada.com

miércoles, 15 de agosto de 2012

HOLOCAUSTO 2012





 ¿DONDE ESTAN LOS ORGANISMOS DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS?


Cristianos   quemados   vivos   en   Nigeria:   un   holocausto   monstruoso   ante   la

indiferencia internacional 


Me acaba de llegar el artículo con esta foto tan terrible. Lo he pensado mucho antes de publicarla, pero es un
imperativo moral. Que nos sirva para llorar por el tremendo desprecio y brutalidad ante la dignidad humana, y pedir a Dios que perdone al hombre. Ellos han muerto como mártires: nos acogemos a ellos, que gozan de Dios en el Cielo.







Al publicar este impresionante documento gráfico en facebook he pretendido denunciar ante la opinión pública internacional unos hechos monstruosos, absolutamente silenciados por los medios de comunicación de masas; un auténtico genocidio tan monstruoso y bestial como los episodios más abyectos de los campos de exterminio nazis.


Para mi sorpresa, Facebook me ha recriminado por publicar este documento gráfico,  como  denuncia  del  holocausto  que  sufren  los  cristianos  en  Nigeria desde hace más de 10 años. Conforme a la política de seguridad de esta red "social"  la  fotografía  se  ha  clasificado  como  materíal  "pornográfico",  "violento"

o  "inapropiado",  y  por  ello  me  castiga  prohibiéndome  subir  durante  una semana cualquier otra fotografía. Y me amenaza con actuaciones "drasticas" si prosigo en mi intento de denunciar documentalmente la terrorífica conculcación de los derechos humanos en Nigeria.


Este proceder de los responsables, (Facebook-­España) supongo, es un atentado a la libertad de expresión y un insulto desvergonzado a las 500 víctimas (sólo en este episodio brutal) masacradas por el terror islámico por el simple hecho de ser cristianos.


Yo creía que esta red social, nacida en USA, no hincaba la rodilla ante el terror. Sobre todo tras sufrir en sus propias carnes el espeluznante atentado del 11-­S, como nosotros el 11-­M, víctimas de la furia enloquecida y salvaje del terror islámico.


Me parece increíble que en España, un estado democrático y de derecho -­donde constitucionalmente se garantiza la libertad de culto, expresión y pensamiento (Art.16 y 20 CE)-­ se intente amordazar a los ciudadanos mediante amenazas y coacciones, vulnerando su libertad de expresión, por considerar "inapropiado" un  documento  gráfico  (no  un  montaje  fotográfico)  que  refleja  en  toda  su crudeza una realidad bestial.


Por el contrario, los directivos de Facebook España deberían felicitarse de esta denuncia pública -­hecha  con el ánimo de que esta barbarie jamás se repita, y que se castigue a los culpables-­ pues es un derecho -­y un deber-­ ciudadano: un servicio a la sociedad, último objetivo, supongo, de toda red "social" que se precie.


De hecho si las matanzas continúan es en buena medida porque se sigue ocultando  la  verdad  al  pueblo  soberano,  no  vaya  a  ser  que  la  sepa  y  "se indigne": el silencio cómplice de la mayoría de los medios me comunicación propicia la indiferencia de la comunidad política internacional ante este holocausto monstruoso.


Eso   sin   olvidar   la   cobardía   instalada   en   el   mundo   occidental   frente   al terrorismo islamista. Entre nosotros, una consecuencia más de la estúpida "Alianza de civilizaciones": otra lamentable ocurrencia de Rodríguez Zapatero, nuestro ínclito ex presidente de Gobierno. ¿Se imaginan la reacción del terrorismo islámico en el caso, imposible, de una matanza de musulmanes a manos de cristianos en una mezquita? ¿Cómo -­y cuánto-­ de beligerantes serían las portadas de nuestros medios de comunicación condenando los hechos?


Por todo ello desde este humilde blog pido a quienes me lean un favor: que difundan por todos los medios a su alcance esta fotografía. Al menos para que sirva  de  homenaje  a  estos  mártires,  ya  que,  desgraciadamente,  Facebook parece que ha tomado partido por los verdugos, queriendo ocultar la difusión de tan trágicos acontecimientos.


viernes, 3 de agosto de 2012

Recetas sencillas para afrontar la crisis


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Seis ideas de Benedicto XVI que ayudarían a afrontar la crisis y a construir un mundo más justo y humano
Autor: S.S. Benedicto XVI | Fuente: Romereports.com

Benedicto XVI ha hablado, y mucho, sobre la crisis económica. Reflexiona a fondo sobre la actualidad antes de afrontarla. En su encíclica “Caritas in veritate” adelantó los conceptos que considera fundamentales para salir de la crisis económica.


PRINCIPIO DE GRATUIDAD

Significa que en las relaciones entre las personas y los pueblos no todo está regido por los beneficios. O sea, que es bueno que exista capacidad de dar gratuitamente para ayudar al otro a progresar.

“La economía necesita la ética para su correcto funcionamiento; necesita recuperar la importante contribución del principio de gratuidad y de la "lógica del don" en la economía de mercado, que no puede tener como única regla el lucro”. (Benedicto XVI. Audiencia General 08.07.2009)


LÓGICA DEL DON

Benedicto XVI reclama generosidad, ceder parte del beneficio. Mirar más allá porque eso contribuye al desarrollo de los sectores más débiles.

“Pero esto sólo es posible gracias al compromiso de todos, economistas y políticos, productores y consumidores, y presupone una formación de las conciencias que dé fuerza a los criterios morales en la elaboración de los proyectos políticos y económicos”. (Benedicto XVI. Audiencia General 08.07.2009)

PRINCIPIO DE SUBSIDIARIEDAD

Todos somos responsables en el desarrollo humano. No es bueno impedir la iniciativa privada y tampoco los Estados pueden evadir su responsabilidad en las cuestiones sociales. Cada persona, cada institución, debe asumir su parte.

“Se repite cada vez más que toda la humanidad debe adoptar un estilo de vida diferente, en el que los deberes de cada uno con el medio ambiente vayan unidos a los deberes relativos a la persona considerada en sí misma y en relación con los demás”. (Benedicto XVI. Audiencia General 08.07.2009)


PRINCIPIO DE SOLIDARIDAD

Los pueblos deben mirarse unos a otros de forma solidaria. No puede primar la indiferencia, la envidia, la avaricia, el egoísmo, el odio y el sectarismo.

“La humanidad es una sola familia y el diálogo fecundo entre fe y razón no puede menos de enriquecerla, haciendo más eficaz la obra de la caridad en lo social y constituyendo el marco apropiado para incentivar la colaboración entre creyentes y no creyentes, en la perspectiva compartida de trabajar por la justicia y la paz en el mundo”. (Benedicto XVI. Audiencia General 08.07.2009)


AUTORIDAD POLÍTICA MUNDIAL

Hay que evitar el caos, el desgobierno. Para que la sociedad funcione es necesario el respeto de la ley, y una autoridad que la aplique para que todos la asuman y respeten. Esa ley debe ser clara y respetuosa con todos los pueblos y creencias.

“Ante los problemas tan vastos y profundos del mundo de hoy, he señalado la necesidad de una Autoridad política mundial regulada por el derecho, que se atenga a los mencionados principios de subsidiariedad y solidaridad y que esté firmemente orientada a la realización del bien común, en el respeto de las grandes tradiciones morales y religiosas de la humanidad”. (Benedicto XVI. Audiencia General 08.07.2009)


LA PERSONA EN EL CENTRO

¿Cuál es la solución a la crisis?, ¿dónde están las medidas concretas?... El Papa no busca salvar el sistema, le interesan las personas.

“Ciertamente, la encíclica no pretende ofrecer soluciones técnicas a las amplios problemas sociales del mundo actual, pues esto no es competencia del Magisterio de la Iglesia. Sin embargo, recuerda los grandes principios que son imprescindibles para construir el desarrollo humano de los próximos años. Entre estos, en primer lugar, la atención a la vida del hombre, considerada como centro de todo verdadero progreso”. (Benedicto XVI. Audiencia General 08.07.2009)

¿Qué le pasa a la ONU?

   Por    Stefano Gennarini, J.D       La ONU pierde credibilidad con cada informe que publica. Esta vez, la oficina de derechos humanos de ...