Páginas vistas

sábado, 25 de abril de 2009

Juan Manuel de Prada "La derecha ha entrado en el juego del Matrix progre"

Juan Manuel de Prada (Baracaldo, 1970) estudió Derecho en Salamanca. Se dio a conocer en los años 90 como uno de los novelistas más prometedores de la narrativa española. Es autor, entre otros, de La tempestad, Las máscaras del héroe y El séptimo velo. Acaba de publicar el libro La nueva tiranía.


Premio Planeta, Premio Nacional de Narrativa, novelista y columnista de prensa, Juan Manuel de Prada es un referente de la literatura y el periodismo; y un dialéctico chestertoniano para tiempos políticamente correctos,
Propone una revolución antropológica que saque al hombre de un mundo virtual que es la ideología Matrix, una nueva forma de tiranía, que, satisfaciendo sus caprichos, convierte a las personas en peleles fácilmente manipulables por los poderes públicos. Esa es la tesis de La nueva tiranía (editorial Libros Libres) en el que recopila artículos y reflexiones sobre la política, la educación, la religión, el arte, la televisión o la cultura.

- ¿Por qué habla usted de nueva tiranía?

- Para distinguirla de las tiranías clásicas, en la que le hombre era consciente de que reprimían su libertad. La tiranía actual, sin embargo, exalta al hombre, convirtiéndole sin que se de cuenta en instrumento en manos de ese poder que le cuida con esmero, como la hormigas cuidan a los pulgones que luego ordeñan

- Está anestesiado...

- En efecto. Vivimos en el matrix progre, un mundo virtual, un espejismo, una forma de ingeniería social, que injerta en las cabezas patrones culturales y de juicio. Todo ello disfrazado de adoración del hombre, que sin embargo es más esclavo que nunca.

- ¿Por qué?

- Porque ha renunciado a su verdadera naturaleza. Los verdaderos derechos y libertades nacen de la naturaleza humana, pero la ideología matrix la desvirtúa con derechos artificiosos (como los de la ideología de género o las opciones sexuales) que se traducen en la destrucción de la naturaleza humana.

- Y de ello se aprovecha el Estado.

- Claro. Mediante ese proceso nos ha convertido en unos chiquilines, con los caprichos satisfechos, terriblemente dependientes o rehenes de los poderes públicos, mendigando la subvención y la indemnización.

- ¿Qué papel juega en todo esto la televisión?

- Es el repartidor de pienso ideológico, de patrones Mátrix (feminismo, homosexualismo, Educación para Ciudadanía a través de la programación infantil, con su ñoñería progre) hasta llegar a los talk-shaw, donde gente desvinculada vierte su cocambre vital.

- ¿Quién o quiénes han creado este matrix?

- Lo ha pergeñado la izquierda, pero ha sido asimilado también por la derecha, que ha renunciado a presentar batalla a su adversario, en el ámbito de los principios.

- Muy negro lo pinta usted...

- La derecha ha entrado en el juego y se ha convertido en una especie de zapatero remendón que va arreglando los desaguisados que deja la izquierda. Pero no ofrece una alternativa.

- ¿Antídotos?

- La distinción entre el bien y el mal y el significado profundo de la libertad. Una visión de la sociedad y el hombre radicalmente distinta, que es la que proporciona la visión cristiana de la vida. Frente a una antropología desquiciante, la cultura cristiana, restituye a las personas su verdadera naturaleza y permite lograr una vida cumplida.

- ¿Hay autores que desinflen la burbuja Matrix progre?

- Sí. Escritores como Chesterton o el argentino Leonardo Castellani (sobre el que recopilé sus escritos en el libro Cómo sobrevivir intelectualmente al siglo XXI). En España tenemos a un autor finísimo como José María Pemán, que hoy está postergado -es como si no existiese- o a un pensador como Julián Marías.

- ¿Qué es lo más peligroso o lo más insidioso del Matrix progre?

- El propio espejismo que implica la utilización de la cultura de masas. Como hay una alfabetización superficial, mucha gente cree que sabey sin embargo es ignorante. Manejan cuatro patrones, cuatro clichés y se creen que son Cicerón.

No hay comentarios:

¿Qué le pasa a la ONU?

   Por    Stefano Gennarini, J.D       La ONU pierde credibilidad con cada informe que publica. Esta vez, la oficina de derechos humanos de ...